El tiempo no alcanza

Falta tiempo, hay tantas cosas para hacer, tantas para ver, tantos lugares para visitar, no me da tiempo, no llego, estoy desbordado, no veo la luz, parece que nos quitan horas, lo siento, no me ha dado tiempo, el tiempo me ha pasado volando, no paro ni un segundo…

Un día escuché una teoría oriental según la cual la vida es como una espiral. Cada año que pasa en nuestra vida nos acerca al centro. El ciclo se hace cada más corto y por consiguiente el tiempo pasa cada vez más rápido.

Otra teoría: la frecuencia base de la Tierra, conocida como la Resonancia Schumann, se está elevando de forma drástica desde hace 30 años, con la consecuente aceleración del tiempo.

¿Cultura popular, cuentos, creencias, pseudo-ciencia, un poco de todo o nada de eso? el caso es que evocan una percepción muy extendida: el tiempo pasa cada vez más rápido.

Podría ser ahora el momento de hablar de la gestión del tiempo… pero no, el post de hoy no va sobre esto.

Me gustaría hablar de la visión de Steve Taylor, profesor de desarrollo personal en la Universidad de Manchester, recientemente entrevistado en La Contra de La Vanguardia. Según él, hasta hace 6.000 años, los seres humanos éramos empáticos con los demás y vivíamos en harmonía con la naturaleza. A partir de este momento, ocurrieron cambios climáticos que alteraron la psique de los pueblos indoeuropeos (extendiéndose luego a las otras civilizaciones). La falta de recursos (desertización de las tierras) exacerbó la codicia provocando guerras, represiones, sumisión, conquista, avidez de propiedad individual, etc. Fue lo que Taylor llama la “explosión del ego”. El intelecto se separó del cuerpo, el individuo se distancio de su entorno.

Y es justamente este ego el “culpable” de nuestra percepción del tiempo.

En otra entrevista (El Periódico 24/4/09), Taylor explica que el ego nos desconecta de la realidad ya que gran parte de la información pasa por el filtro del pensamiento. Percibimos cada vez menos impresiones, y esa es una de las razones por las que el tiempo parece pasar más rápido. "Hay una conexión entre la información que recibimos y el paso del tiempo" dice Taylor.

Existe un tiempo cronológico (del reloj) y un tiempo psicológico que es nuestra vivencia interna del tiempo. Solemos confundir los dos conceptos y parece que el tiempo (psicológico) nos falta en el reloj. Algo así como que si los demás mortales tienen 24h disponibles cada día… yo menos que los demás.

Eso significa que si bien no podemos alargar el día, sí podemos ser más conscientes de en qué empleamos nuestro tiempo para que éste no pase tan rápido.

Todos hemos experimentado momentos que se hacían eternos y otros que pasaban sin darnos cuenta. Pasar un buen rato con los amigos o asistir a una ponencia aburrida por ejemplo. Según Taylor, existen actividades que tienen la particularidad de ponernos en un estado de “absorción”, casi de hipnosis: actividad creativa, mirar la televisión, leer una revista o navegar por según qué página de Internet…

Este estado no es ni bueno ni malo. Pero si nos pasamos media vida en él, podemos llegar a los 80 años de vida con la sensación de no haber hecho nada y de que todo ha pasado demasiado rápido.

¿Qué nos propone Taylor? Conectarnos con la mente sensitiva, lo que nos permitirá vivir una experiencia más “real”, fresca e intensa. Vivir el momento presente, es decir, estar haciendo lo que estamos haciendo, sin evadirnos constantemente del presente. Escoger nuestras actividades, vivir experiencias nuevas…

Entonces… ¿qué vas a hacer hoy?