¿Y los que se quedan?

Las últimas cifras del paro en España acaban de salir: 3.481.859 desempleados. Es decir, personas, con sus respectivas historias y trayectorias personales, familias y seres queridos. Cada número de esta cifra que ya ha superado la barrera psicológica de los 3 millones es una vida y una experiencia profesional más o menos largas.

Según estas cifras, los jóvenes son los más afectados y el paro entre los extranjeros ha aumentado de forma muy significativa. Algunos números más… la contratación acumulada en los dos primeros meses de 2009 fue de 2.142.451, lo que supone 866.211 contratos menos (el 28,79 por ciento inferior al mismo periodo de 2008) según EFE.

Cada una de estas personas estará viviendo esta etapa de diferentes maneras. Para algunas el paro puede representar una situación dramática, para otra puede ser la ocasión de replantearse su futuro laboral, incluso puede ser que a alguien le venga bien este “descanso” forzado. En realidad, habrá tantas reacciones y experiencias de vida como personas implicadas.

Pero hoy estoy pensando también en los que se han quedado, los que hoy tienen la “suerte” de no formar parte de este colectivo. ¿Cómo viven y trabajan los que están viendo cada día cómo se reduce la plantilla de su empresa? ¿Con qué ánimos y ganas de trabajar llegan cada día a su puesto los que saben que en cualquier momento les puede tocar también? ¿En qué afecta eso al rendimiento de la empresa? ¿Qué medidas toman los empresarios al respecto? De no hacer nada ¿No podría ocurrir lo que justamente han querido evitar despidiendo parte de su personal, o sea, pérdidas y potencial cierre del negocio?

Obviamente los que se quedan no son noticia…